Señores Reyes Magos:
Ya es el segundo año que me
dirijo a ustedes para mostraros mi malestar y mis dudas sobre la magia de los
“cojones”.
Ya el año pasado, en mi carta
les pedía un Ferrari y me trajeron un Ferrero, que es como una cosa de
chocolate, es decir; una tomadura de pelo como la de este año.
Resulta que les digo que soy
un señor mayor, que ya no juego en la calle y que aunque no me porto todo lo
bien que quisieran los demás, no creo que vaya al infierno, por que la cosa no
es para tanto… ¿y me dejáis esta cagada?
Pues bien, hay que tenerlos
muy gordos para traerme la mierda esta que me habéis traído y espero que os
caigáis de los camellos y os deis una buena “h…..”
Ahora decidme que hago yo con
unas pelotas, que ni tan siquiera botan, con unas pirindolas de colores y un
chicle caducado de una marca que ya no existe. ¿No pretenderéis que salga a la
calle a jugar con eso, para que se descojonen de mi todos…los niños y mayores?.
Como ya he perdido toda la
confianza en vosotros, el año que viene escribiré al gordo del traje rojo y a
ver si tengo más suerte.
De todas formas y si la
“h…..” no ha sido muy gorda, podéis venir a recoger las “putas” pirindolas, el
chiche, las pelotas y metéroslas por donde os quepan.