Así contado, parece una cosa
sin importancia, pero cuando uno lo sufre en sus propias carnes la cosa ya es
diferente.
Resulta que uno va al
mercado y compra, compra, compra (como el conejito de las pilas), pero de
repente se te acerca un señor bajito que se hace pasar por… debajo de las
piernas y te dice: sabe usted que yo conocí a los
hermanos arriba? Otia!! Que me ha dicho “manos arriba”. Y claro!! Tú
levantas las manos, te manga todo lo que has comprado, te quedas sin nada y se
te pone una cara de “Gili” que para qué.
Ahora a ver como vas a casa
y lo cuentas:
Oye! Que un cabrón bajito
que se ha hecho pasar por debajo de la piernas, me ha robado la compra.
¡¡Y ahora quéé!!
¡¡Y ahora quééé!! te dicen.
Y uno que tiene
contestaciones para todo dice: pues ¡¡ahora naa!! Y así fue, “na de na”.
Y como no pude hacer nada, aunque
la idea era buena, ahí os dejo las ciruelas de la abuela que, además de ricas,
sirven para asentar el vientre y evitar el estreñimiento.
Ciruelas de la abuela
Ingredientes:
- Un ciruelo que haya dado frutos
- Ganas de cogerlos
Elaboración:
1).- Si tu abuela plantó un ciruelo y este ha dado frutos, hay que cogerlos
2).- Si no es así, puede que alguien te las regale o de lo contrario, tendrás que comprarlas.
3).- Una vez en tu poder las ciruelas, las lavas y te las comes.