Tranquilos!!! Que lo del palo cortado, no
tiene nada que ver con hacer astillas o ir a cortar un palo para arrearle al
solomillo. No es eso.
Palo cortado, es un vino de Jerez generoso, con un color caoba brillante,
amontillado y oloroso. Para mí, uno de los mejores vinos del mundo.
Pues bien, a este tipo de carnes le van mucho los vinos
dulces, y aunque son recetas estupendas,
son ya muy conocidas por todo el mundo.
Hoy, por modificar un poco la elaboración, he
decidido utilizar un palo cortado y el resultado conseguido ha sido
impresionante.
- 2 solomillos de cerdo ibérico.
- 1 cebolla grande.
- 2 dientes ajo
- ½ litro de caldo de carne
- 1 vaso de los de agua, de
vino palo cortado.
- 1 puñado de pasas, sin pepitas.
- 1 cucharada de harina.
- aceite de oliva, sal y
pimienta
Elaboración:
1).- Cortamos la cebolla
y los ajos en juliana y pochamos hasta que se pongan transparentes. Mientras,
ponemos las pasas en remojo (yo en parte del vino)
2).- Salpimentamos
los solomillos y en otra sartén con un poco de aceite, los sellamos
debidamente. Cuando estén dorados , los retiramos y reservamos.
3).- Con mucho
cuidado, vertemos el vino, palo cortado, en la sartén donde hemos hecho los
solomillos y desglasamos. Apagamos en fuego y dejamos la sartén con el vino a un lado.
4).- Cuando la
cebolla ya esté pochada, añadimos la cucharada de harina y removemos bien durante unos segundos. Seguidamente,
añadimos el vino que teníamos reservado en la sartén, las pasas y el caldo de carne.
5).- Ahora y después
de que haya reducido un poco la salsa, echamos los solomillos y dejamos cocer
hasta que estén en su punto, y la salsa haya espesado lo suficiente (esto es
cuestión de gustos).
Pues después de todo esto, para acompañarlo, he hecho unas
patas fritas y se las he incorporado como guarnición.
Ya sabéis que este plato, si se quiere, también se puede
compartir con vecino hambriento.