lunes, 23 de julio de 2012

Escalopines de pollo a la Rossini


No se si será interesante o no, pero así surgió la receta.

Rossini, compositor y poeta, cuando pasaba por debajo del balcón de su novia le dedicaba siempre esta canción:                                  

- Cuando paso por tu casa, cojo pan y voy comiendoooo
- Pa que no diga tu madre, tan mayor y despeinaoooo.

Esto llegó a oídos de la suegra y dijo: este chico es un portento, ¡Cómo rima! Y dijo la hija: si, si que se “rima” mucho. Y de tanto rimarse, ella se quedó embarazada de siete meses.

Total que él “erre” que “erre” con la canción y la suegra dijo: a ver si deja de comer pan, se compra un peine y nos deja de dar el “coñazo”.

Y así fue, un día se compró un peine y, en agradecimiento, su suegra le invitó a comer un plato de pollo, al que le puso el nombre de este maravilloso poeta-compositor que, además de escribir bien, tenía dos brazos.

Escalopines de pollo a la Rossini

Ingredientes:
  •     2 pechugas de pollo cortadas en  escalopines.
  •    1 cebolla
  •     1 zanahoria
  •     50 gr. de mantequilla y un chorro  de aceite
  •     1 cucharada de harina
  •     1 manojo de perejil
  •     1 tazón de caldo
  •     ½ vaso de vino blanco seco
  •     Sal, pimienta y una pizca de curry 

 Elaboración:


1).- Una vez picadas y limpias la zanahoria y la cebolla, las doramos en una cacerola con 30 gr. de mantequilla y un chorro de aceite.

2).- Cuando veamos que ya han tomado el punto deseado, añadimos la harina, el caldo, el vino blanco y el perejil picado; salpimentamos y dejamos cocer a fuego lento, durante 25 minutos.

3).- Esta preparación se pasa por un chino y la reservamos.(1)

4).- Ahora en una sartén aparte, con el resto de la mantequilla y un chorro de aceite, doramos los escalopines de pollo, una vez salpimentados.

5).- Mezclamos los escalopines con la salsa que habíamos reservado, espolvoreamos con un poco de curry y dejamos cocer unos minutos más.


(1).- Aviso: Pasar por un chino, no es ir a la tienda del chino con la cacerola y echársela por la cabeza.