jueves, 31 de enero de 2013

Costillas de cerdo al horno


Al final hasta me a caer bien el chino de la tienda de mi barrio, porque ya va entendiendo lo que es vacilar un poco.

Resulta que el otro día me llama y me dice:

- Oye! tu sabel que chinos descubril un producto como la VIAGLA, pelo pala mujeles?

- Ah! sí y ¿como se llama? 

- Llamalse TALKLETA

- ¿Y que pasa cuando les das Talkleta a tu mujer?

- Mujel queda alegle, caliñosa y te llama mi amol. Besa y ablaza el día entelo...y no le duele la cabeza.

- Pues, por lo que me dices, debe de ser un producto fantástico.

Si!! si!! si!!   funciona muy bien.

- ¿Y dices que se llama solo TALKLETA?

- Bueno nomble científico sel  ¡¡¡TALKLETA DE CLÉDITO!!!

- Mira... no me acuerdo de tu familia, porque me ha hecho gracia, pero ya te puedes preparar para el vacile....

- Ah! tu sel siemple vacilón conmigo, pues...toma...

Total que, aunque un poco "cabloncete", el chino tiene su gracia.

En fin , que después del sucedido, os voy a decir como he preparado unas costillas de cerdo que tenía por ahí.

Costillas de cerdo al horno.

Ingredientes:
  • 1 kilo de costillas de cerdo (preferentemente  cerdo ibérico)
  • 1/2 vaso de vino blanco (yo utilice moriles)
  • sal, pimienta y pimentón.
Para la salsa:
  • 3 cucharadas de ketchup
  • El zumo de un limón
  • 1 cucharilla de hierbas provenzales
  • 1 cucharilla de orégano
  • 2 cucharadas de miel
  • 2 dientes de ajo muy picados
  • Un chorretón de salsa de soja
  • El zumo de media naranja
  • Unas gotas de tabasco (al gusto)
  • Sal. 

Elaboración:

1).- Partimos las costillas de una en una y las introducimos en un recipiente para horno; salpimentamos, echamos el pimentón y el vino blanco.

2).- En un bol, aparte, echamos la miel, las hierbas de provenza, el orégano, los dientes de ajo picados, el zumo de limón y naranja, el ketchup, la salsa de soja y unas gotas de tabasco. 

3).- Removemos bien, hasta conseguir la salsa y la echamos por encima de las costillas.

4).- Metemos en el horno a 190º, durante 35/40 minutos, dándoles la vuelta de vez en cuando. 

Pasado ese tiempo o cuando estén tiernas, ya se pueden servir y os aseguro que están muy ricas.